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V I A J E R O S P E R R U N O S

BRASIL NORDESTE. SEGUNDA PARTE: SALVADOR DA BAHIA-NATAL
En esta sección de la ruta a lo largo de la costa brasileira nordestina hay montones de lugares sensacionales, la mayoría en la propia costa, pero también alguno perdido por el interior del tórrido sertão. Veámoslos:
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Salvador da Bahia
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Maceió
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Maragogi
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Recife y Olinda
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Vale do Catimbau
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João Pessoa y Jacumã
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Natal
Salvador da Bahia
Sorria, estamos naBahia!
Pues eso, poco más que decir. Todo son alegrías para el turista que visita lascálidas tierras de la capital de Bahia. Solo con ver a la bahiana de a pie (consideradas patrimonio cultural) ha valido la pena la visita. Estas mujeres con vestidos enraizados en la cultura africana pueden, además, vender artesanías locales y/o preparar rica comida bahiana, uno de los mayores regalos de la región (no se pierdan algunas de sus especialidades en“comida brasileira”).
Pero Salvador cuenta con muchos otros atractivos. A saber: sus calles empedradas; la arquitectura colonial; sus mil y una iglesias; algunos edificios y lugares simbólicos e históricos (entre ellos el pelourinho); el Mercado Modelo, lleno de olores, sabores y colores; playas en los alrededores…Vale la pena venir a conocer esta increíble y variada cultura.
Maceió y Maragogi
La capital de Alagoas es un monstruo de edificios altos y 1 millón de habitantes frente al mar más bello del mundo. Sus cálidas, transparentes y calmadas aguas son suficientes para venir a ver esta gran metrópoli “caribeña”.
Subiendo 125 kilómetros en el mapa, aún en Alagoas, llegamos a Maragogi, pueblo cerca del cual se extienden playas muy lindas. Una es Ponta do Mangue: una playa de cocoteros que se extiende hasta el infinito y más allá. A lo largo, ancho… ¡Y profundo! Y es que se da un fenómeno de mareas impresionante en este punto mágico de La Tierra. En su punto álgido, la marea baja tanto que puedes caminar cientos de metros (¡yo diría que incluso uno o dos kilómetros!) mar adentro. Hasta piscinas naturales entre arrecifes de coral. El snorkel y el buceo son dos actividades a juego con esa balsa de mar llena de peces (yo vi caballitos de mar y todo). Puedes pernoctar en la misma playa, en el camping do Savio (Jesus). Es un poco caro (creo que 30 o 40 reales por persona), pero date el capricho porque lo vale.
Recife y Olinda
Qué hacer en Recife y Olinda
De Recife (capital de Pernambuco)conocí la rodoviária y poco más. Es una ciudad grande y seguro que hay cosas que hacer.
Su vecina Olinda es preciosa. Tanto, que esta ciudad colonial de calles empedradas y bonitas casas frente al océano es Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. Algunos de los edificios que merecen tu visita son: el Convento de São Francisco, la Catedral Sé de Olinda, laIgreja do Carmo, o la Basílica e Mosteiro de São Bento. Pero, si hay algo único de Olinda, esa es su oferta artística, presente en cada calle y plaza. Los amantes de la historia y el arte lo gozarán por aquí. Por último, Olinda es un buen lugar para celebrar los carnavales, menos famosos que en Rio pero con mucha tradición (o eso me dijeron mis amigos brasileiros).
Parque Nacional do Catimbau
En el interior del estado de Pernambuco, en pleno sertão (una especie de desierto) y entre unos pocos valientes caipiras, se encuentra un Parque alejado de todo y sin explorar. Es el Parque Nacional do Catimbau, una extensión de tierras inhóspitas, montañas y formaciones geológicas que parecen de otro planeta (qué arte tiene el viento cuando quiere). El bioma, llamado caatinga, es único de esta región de Brasil. No se encuentra en ningún otro rincón del planeta. Ese debería ser motivo más que suficiente para venir. Pero,además, los amantes de la arqueología no tienen perdón si no se desvían hasta aquí, pues es el segundo sitio arqueológico a nivel de importancia en Brasil, con hallazgos de pinturas rupestres y ocupación prehistórica datados en por lo menos 6000 años. Una visita a este lugar tan increíble y seco a más no poder vale la pena. A pesar del desvió y a pesar del calor. Y es que es muy auténtico, algo que se ve en la población autóctona, que no está muy acostumbrada a recibir extranjeros.
João Pessoa y Jacumã
João Pessoa, la capital de Paraíba, cuenta con bonitos edificios del periodo colonial. Pero, una vez más, lo realmente interesante está en los alrededores… O sea, las playas.
Jacumã queda a unos 25-30 km de la capital, y cuenta con playas sensacionales. Ejemplos son Coqueirinho y Tambaba (de las pocas nudistas del país). A la arena dorada y el agua transparente hay que sumarle unos acantilados alucinantes de telón de fondo.
Natal
Esta gran ciudad, capital de Rio Grande do Norte, ofrece planes alternativos a la playa (que nos gusta mucho, pero de vez en cuando mola hacer también otras cosas). Caminar por el paseo marítimo de la mano de rascacielos; visitar el Parque das Dunas (o Bosque dos Namorados); visitar las dunas de Genipabu (hay gente que hace tours en camellos o en buguis, pero yo no lo apoyo); comer. Con respecto a esto último destaca el mariscoy, en concreto, los rodízios de camarão (gambas). Es decir, comer todo el camarão que uno desee y (casi) de todas las maneras que uno imagine. Lee más en “Comida Brasil”.