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PERÚ NORTE. TERCERA PARTE:

CAJAMARCA - HUARAZ - LA BALZA (ECUADOR)

El norte del Perú, mucho menos frecuentado por viajeros que su homólogo sureño, lo tiene todo también: ciudades con encanto, paisajes de todos los colores y yacimientos arqueológicos únicos. Y consta de lugares asombrosos en todas sus facciones, por lo que es imprescindible visitar sus selvas, sierras y costa. Precisamente, el hecho de ser menos visitado es lo que lo hace más especial, ya que tendrás la ocasión de compartir con los peruanos en un escenario más intacto que el que hay en la zona sur. Qué gentes más hermosas por el Perú.

 

Esta tercera parte combina lugares andinos y lugares costeros. Culturas tan ricas como diferentes entre sí. A destacar:

 

  • Cajamarca

  • Trujillo y Chan Chan

  • Parque Nacional Huascarán

  • Chiclayo

Cajamarca

En un valle rodeada de montañas, a una altitud de 2750 msnm, se encuentra la capital del departamento del mismo nombre. Uno de los centros más importantes de la zona andina… Y una de las ciudades más bellas del país. Sin embargo, si hay algo por lo que todo el mundo la conoce es porque allí fue capturado (y asesinado) el último rey inca, Atahualpa, a manos de Francisco Pizarro. Se puede visitar el Cuarto del Rescate, donde Atahualpa pasó los últimos siete meses de su vida. Aparte del bonito centro con un buen puñado de edificios señoriales, hay otros lugares interesantes a visitar cerquita: los Baños del Inca, famoso por las aguas termales donde el Inca acostumbraba bañarse. Aprovecha la visita para acercarte a las cercanas Ventanillas de Otuzco, conjunto de nichos de los antiguos habitantes del lugar.

 

Por cierto, la carretera que une Leymebamba, al sur de Kuelap, con Cajamarca atraviesa unos Andes inolvidables.

Parque Nacional Huascarán

La belleza destila en cada río, lago y montaña. El Parque Nacional Huascarán, en el departamento de Áncash, es el hogar de lindos pueblitos entre montañas, los picos más elevados del país (hasta 16 cumbres superan los 6000 msnm), y apasionantes rutas de hiking. Esos lagos de colores imposibles, esos ríos glaciares, esos bosques rojos de quenua, esos pastos con flores silvestres, esas zonas inhóspitas… Y todo lo que aguarda la sierra (en especial la Cordillera Blanca) hacen de este lugar uno de los más bellos en el Perú, en Sudamérica y en el mundo. El paraíso del montañismo.

Hay decenas de excursiones, al gusto del caminante: fáciles, moderadas, difíciles… De un día, de más de una semana… Muchas parten desde zonas cercanas a Huaraz y Caraz (pueblos dignos de visitar, sobre todo el segundo). El ticket de entrada al Parque vale para 21 días, ¡así que si tienes tiempo aprovecha al máximo! Yo me quedé pocos días y solo hice un par de rutas, pero espero poder volver algún día a por más. Las que puedo recomendar de primera mano son: la Laguna Llanganuco y la Laguna 69, dos bellos lagos glaciares donde el tiempo se detiene. Las puedes hacer las dos en la misma ruta en un par de días, pues quedan próximas (hay varias zonas de acampada, gratuitas). Para llegar puedes tomar un taxi o hacer dedo hasta la entrada desde Yungay. El trekking largo más popular es la ruta de Santa Cruz, de tres o cuatro días de duración pasando por paisajes de todos los colores: pasos de montaña, cascadas heladas, ríos, valles…  El inicio queda cerca de Caraz. También es recomendable la visita al Cañón del Pato (continuación del Callejón de Huaylas), por donde un río corre durante 40 km partiendo en dos las montañas: a un lado la Cordillera Blanca y al otro la Cordillera Negra. Al final está el encantador pueblito de Huallanca.

 

Nota. Si la medición se realiza desde el centro de la tierra, el Nevado Huascarán es la segunda montaña más alta de la tierra (tras el ecuatoriano volcán Chimborazo), superando en casi dos kilómetros la altura del Everest.

Trujillo y alrededores

Gran metrópoli a los pies del Océano Pacífico que disfruta de una mezcla interesante de culturas modernas y pasadas. La capital del departamento de La Libertad merece tu visita porque: es muy bonita, de arquitectura colonial; tiene un legado histórico importante: precolombino, con las culturas mochica y chimú, fundamentalmente, y posterior a la colonización, con la fundación de la ciudad por parte de Francisco Pizarro en 1535 (es considerada la cuna del Poder Judicial del Perú); y dispone de lugares fascinantes alrededor. A destacar:

 

  • Chan Chan. El yacimiento más emblemático de la cultura chimú (fue capital del reino) es una parada obligatoria si estás por estos rumbos. Es una ciudad de adobe, enorme (la más grande del continente, segunda en todo el mundo) y genuinamente conservada, enfrente del salvaje Pacífico. Aparte de disfrutar de esta espectacular ciudad, aprenderás mucho sobre los chimúes, activos entre los años 900 y 1400 d.C (probablemente derrotados por los incas). Está a (tan solo) 5 km al norte de Trujillo.

  • Huacas del Sol y de la Luna. Desarrollados por la cultura mochica, cada una representaba una categoría diferente: la del Sol la organización política; la de la Luna la rama religiosa. Entre ambas se encontraba el Núcleo Urbano, donde vivían los ciudadanos, a excepción de las clases altas, que residían en la Huaca del Sol. Por cierto, esta última es la pirámide de adobe más alta del mundo. Estos yacimientos se encuentran a 10 km al sur de Trujillo.

  • Huanchaco. Si lo que buscas es sol y playa este es el destino ideal. Pueblo de atmósfera relajada y con una playa bonita en la que encontrarás un buen puñado de surfistas y hippies. Queda a 10 km (norte) de la ciudad.

Chiclayo

El fuerte de esta urbe a pocos kilómetros del océano no es su arquitectura. La capital del departamento de Lambayeque destaca por el legado que algunas importantes culturas dejaron en sus tierras desérticas. En especial los mochicas. Es un destino genial para los amantes de los pueblos precolombinos, como queda patente en lugares como el Museo Brüning (gran colección de objetos, y mucha información, sobre las culturas que aquí habitaron), o las Tumbas del Señor de Sipán (un antiguo gobernante Mochica del siglo III).

 

Asimismo, es un buen destino también para venir a relajarse en las playas de sus alrededores y conocer un poco la cultura local playera. El pueblo de Pimentel, con una larga playa de arena, es ideal para bañarse en las frías aguas, observar a los pescadores salir a pescar en sus caballitos (barcas) de totora (al modo de sus antepasados), contemplar el espectáculo de pelícanos que llenan los cielos y el mar, y, por supuesto, comer un rico ceviche.

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