Este recorrido a través de los mas puros Andes ofrece los paisajes mas auténticos del altiplano boliviano. Te permitirá también conocer las poblaciones que allí viven, destacadas por sus profundas raíces indígenas, especialmente en las culturas quechua y aymara. Esto se puede apreciar incluso en las grandes ciudades.

Esta ruta que cruza de un extremo al otro del país por su ecuador deja paisajes y poblaciones de todos los colores, muchos de ellos de gran importancia turística, como el Lago Titicaca, La Paz o Cochabamba. En la zona occidental tenemos los Andes y el altiplano, luego las yungas o selva alta, y, por último, al oriente, la jungla…

La Bolivia verde, la de los ritmos selváticos, no es tan visitada ni conocida como su prima, la andina. Y muy mal hecho, pues es la otra cara de la moneda que uno no debe perderse para conocer este país de dos mundos tan diferentes. No solo los paisajes son distintos, las gentes y su cultura van a juego con la selva: la forma de hablar e interactuar, las costumbres, vestimenta (más ligera), comidas y bebidas... Todo cambia en esta parte amazónica. El solo hecho de venir, aunque sea un par de días, habrá valido la pena para descubrir esta otra realidad del país.