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OBJETIVOS

Visitar parajes de ensueño junto a mis perras, descubriendo culturas y formas de vida increíbles, es de por sí impulso suficiente para viajar. Sin embargo, fueron surgiendo otras motivaciones adicionales, orientadas a ayudar a otros (personas y perros). Todo gracias a viajar con ellas, que me enseñaron el amor hacia los perros. Son tres los pilares de nuestro proyecto: 1) “empoderar” a potenciales viajeros perrunos; 2) ayudar a refugios y generar conciencia animal; 3) aprender sobre las culturas perrunas en distintos países y escribir sobre ellas.

 EMPODERAR A OTROS VIAJEROS 

Nuestro proyecto –Viajeros Perrunos– nació con la idea de animar a otras almas viajeras a lanzarse a la aventura canina. Y esto lo hice porque tras un tiempo viajando junto a Cocaí por Sudamérica fueron muchas las veces que me preguntaron que cómo lo hacía, si no era muy difícil en general, y en concreto encontrar un alojamiento, moverte de un lado a otro o entrar en establecimientos. Al volver a casa abrí el blog (viajerosperrunos.com) para contar mi experiencia e ir resolviendo todas estas dudas que, por supuesto, yo también había tenido antes de empezar a viajar con Cocaí. Cuando recibo mensajes por las redes o un correo a través del blog diciéndome que gracias a nosotros se han decidido a llevarse a sus perros a la aventura de sus vidas siento que todo esto vale la pena. Es increíble. Además, cuantas más personas viajemos con nuestros perros más se tendrá que adaptar la infraestructura turística a nuestros compis cuadrúpedos. Ya está sucediendo. El cambio de cuando empecé con Cocaí en 2014 a casi diez años después ha sido notable.

Ride en moto, India
Acampando junto a la Karakoram Highway

 AYUDAR A REFUGIOS Y GENERAR CONCIENCIA ANIMAL 

Una de las mayores metas que persigo es ayudar en la causa social y animalista. Lo mejor de las redes sociales en mi opinión es que se puede conectar con gente muy interesante, incluyendo asociaciones animalistas, colectivos y refugios que luchan día tras día por los animales. Y compartir con las personas que te siguen sus admirables trabajos y hacer un llamamiento para quien quiera contribuir su granito de arena a la causa. Nuestra comunidad es modesta, pero muy fiel y comprometida. Así, por ejemplo, en nuestro viaje por Asia, conseguimos entre todos pequeñas contribuciones a distintas protectoras que visité, en especial en India y Pakistán. Para mí esto es un logro maravilloso que no sé cómo explicar lo que siento.

 

Pero además de conseguir fondos, viajar te da la posibilidad de poder hacer algo más sobre el terreno in situ, aunque sea a pequeña escala: presentarle a los locales con los que te cruzas una realidad que no conocen. En muchos países, o más bien zonas de países, abunda el desconocimiento y el miedo hacia los perros. Ojo, no estoy hablando de intentar imponer algo o cambiar su cultura (que es muy diferente), sino mostrarles que esas creencias que tienen sobre los perros –peligrosos, impuros, etc– son erróneas. Los perros pueden ser y son maravillosos. Ni más ni menos que nuestros mejores amigos y compañeros desde hace más de 10.000 años. Si bien un buen puñado de adultos han aprendido mucho gracias a Cocaí y Chai (no pocos me han reconocido haber perdido el miedo) son los niños los más abiertos a quitarse la capa de prejuicios traída de casa. Nada me gusta más que ver a unos chavales jugar con mis perras. Bueno, miento: verlos jugar luego con los perros locales a los que antes tiraban piedras es aún mejor. Puedo decir orgullosamente que por allá donde hemos pasado hemos fomentado la adopción, incluso entre gente que nunca lo hubiese imaginado, visto el pavor inicial al conocer a Cocaí. Un amigo iraní recogió a un perro de la calle a los meses de conocernos y una de mis familias favoritas en el norte de Pakistán adoptó un perro y lo llamaron Coci en honor a Cocaí.

Equipo de Lucky Animal Protection Shelter cuidando de un perro, Peshawar
Cocaí rodeada de niños en Irán

 APRENDER SOBRE LA CULTURA PERRUNA Y ESCRIBIR SOBRE ELLO 

Último y no por ello menos importante. Porque esta es una fuente de inspiración y motivación grandiosa. A lo largo de estos años y a lo largo de los países visitados he aprendido un montón sobre las culturas. De nuestra especie, de la de nuestros mejores amigos… y de la que nos une. Es realmente fascinante ser testigo de cuán diferente es en cada lugar visitado, sin tener por ello que ser mejor o peor. Simplemente diferente. Hay factores como la geografía, el clima, la religión, las políticas, que afectan. Pero lo que está claro es que el abanico de posibilidades es inmenso en lo que se refiere a la cultura perruna y nuestra interrelación. Sobre todo en Asia, donde cada país es un mundo.

 

Unos pocos ejemplos: en Irán, debido a una especie de ley existente que prohíbe a los locales tener perro, pasamos por pueblos y ciudades en los que muchas personas jamás habían visto un perro antes. Imaginaos la escena; en gran parte de Turquía los perros son bienvenidos a todas partes, desde hoteles y restaurantes hasta sitios arqueológicos y playas; en el norte de India y Nepal encuentras templos donde los perros son venerados y sagrados. Y de hecho tienen una festividad en su honor. Veremos en África 

Una mujer india y su perro
Joven iraní feliz de estar con Cocaí
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