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 HISTORIA DE COCA AÇAÍ (COCAÍ)  

Todos los dueños dicen que los suyos son los mejores. Mi perra no es solamente la mejor, ¡es también la más aventurera de todo el mundo canino!

 

Fue al llegar a Samaipata cuando me topé con ella. En realidad ni siquiera la elegí yo, ni ella a mí. Fue una simpática uruguaya, con la que coincidí en el tiempo y en el espacio y que de casualidad se encontró una camada de cachorretes en la falda de una montaña. María Jesús se llamaba esta chica. "Un varón se complementa mejor con una perra", me dijo. Y acto seguido me puso los escasos kilos de perro en los brazos. Podría haberme entregado cualquiera de sus hermanos y la historia desde ese momento se hubiese escrito diferente. Pero no, escogió a la perrita negra con dos puntos marrones como cejas y cuyo futuro nombre sería Cocaí. Estos cachorros de un mes de vida se encontraban en pésimas condiciones. Las pulgas eran el mal menor. 

 

Ésa noche era Inti Raimy, el año nuevo inca, el solsticio de invierno en el hemisferio sur. Cocaí se quedó en la tienda, junto con su hermano Munaí (amor en Quechua), rescatado por la propia María Jesús... 

¡HISTORIA COMPLETA PINCHANDO EN LA FOTO!
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